¿Está México en una recesión?
- Diego Alcalá
- 9 abr
- 5 Min. de lectura

En los últimos meses, se ha observado una creciente preocupación sobre el estado de la economía mexicana y una pregunta que resuena cada vez con más fuerza: ¿Está México en una recesión? Aunque técnicamente no se ha declarado una recesión oficial (definida tradicionalmente como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB), los indicadores económicos muestran señales preocupantes que no podemos ignorar.
Los datos no mienten, y actualmente estamos presenciando un claro desaceleramiento en varios sectores clave de la economía mexicana. La producción industrial ha mostrado contracciones cada vez más importantes, el sector manufacturero registra una actividad por debajo de las expectativas, y la inversión privada no ha logrado recuperarse a los niveles pre-pandemia.
Este panorama se complica aún más cuando analizamos el comportamiento del consumo interno. Aunque las remesas siguen manteniendo un flujo constante que apoya la economía familiar en muchas regiones del país, el poder adquisitivo se ha visto mermado por una inflación persistente que, aunque ha bajado respecto a sus puntos más altos, sigue erosionando los salarios reales de la mayoría de los mexicanos.
Para este tipo de rubros relacionados al consumo, no tenemos que detenernos solo a analizar los datos oficiales, aveces basta con salir a la calle y hablar con los comerciantes, con las personas que trabajan en tiendas de comida o de ropa en un centro comercial y preguntarles: ¿Cómo están las ventas en comparación con el año pasado? , ¿Crees que la gente esta gastando menos? Y te puedo apostar a que en la mayoría de los casos, te dirán que efectivamente desde su trinchera, se percibe un menor nivel de consumo.
Otro factor preocupante es la debilidad en la creación de empleos formales. Los datos del IMSS muestran una desaceleración en la generación de nuevos puestos de trabajo (al menos formales), lo que sugiere que las empresas están siendo cautelosas ante la incertidumbre económica actual. Este comportamiento suele ser un indicador adelantado de problemas económicos más profundos.
El Banco de México, intentando contener la inflación, ha mantenido tasas de interés elevadas durante un periodo prolongado, lo que ha encarecido el crédito tanto para empresas como para consumidores. Esta política monetaria restrictiva, aunque necesaria para controlar los precios, está teniendo un efecto enfriador en la economía que no podemos desestimar.
Lo siguiente que nos toca observar de cerca es que efecto (o no) llega a tener la bajada de tasas de interes en un enterno global que cada vez parece ser más retador e incierto, si hace unos meses decíamos que era por lo menos audaz intentar hacer predicciones economicas a mediano plazo, con la guerra comercial global, esta situación de incertidumbre se agudiza.
En tiempos de incertidumbre económica, los medios de comunicación tienden a amplificar tanto el optimismo como el pesimismo, dependiendo de la narrativa que ejor venda en el momento. No debemos caer en la trampa de formar nuestra opinión basados únicamente en titulares alarmistas o en declaraciones oficiales excesivamente optimistas.
Por un lado, ciertos medios pueden pintar un panorama catastrófico que no necesariamente refleja la realidad completa. Por otro, los voceros gubernamentales tienden a minimizar los problemas económicos, enfocándose selectivamente en los pocos indicadores positivos mientras ignoran las señales de alerta. ¿O no te suena que nuestro gobierno actual intenta minimizar, esconder y culpar a otros de todos los problemas que este enfrenta?
La verdad, como casi siempre, se encuentra en un punto intermedio y es más una dirección hacia la que tenemos que apuntar que un lugar al que tenemos que llegar. La economía mexicana está enfrentando desafíos serios, pero cuenta también con fortalezas importantes como su posición geográfica privilegiada, los tratados comerciales vigentes, ser el unico país que no fue enlistado en las nuevas tarifas de Donald Trump y una demografía relativamente favorable.
Como he mencionado antes en otros análisis, los datos económicos deben interpretarse en su contexto adecuado. Las cifras del PIB, por ejemplo, pueden mostrar un crecimiento modesto a nivel nacional mientras ciertas regiones o sectores específicos ya están experimentando condiciones recesivas. No hay una verdad única cuando hablamos de economía, y debemos desarrollar un pensamiento crítico que nos permita formar nuestras propias conclusiones.
Ante este panorama incierto, existen diferentes posturas que podemos adoptar como inversionistas, empresarios o simplemente como ciudadanos preocupados por nuestro bienestar económico.
La primera opción es adoptar una postura defensiva. Esto implica reducir deudas, aumentar los fondos de emergencia, y diversificar nuestras inversiones hacia activos que históricamente han sido más resistentes en periodos de contracción económica, como bienes raíces en ubicaciones prime, bonos gubernamentales (CETES), o incluso activos refugio como el oro o el dólar.
La segunda alternativa es ver esta desaceleración como una oportunidad. Las crisis económicas siempre generan oportunidades para quienes tienen capital disponible y la visión para identificar sectores con potencial de recuperación. Como dijo Warren Buffett, debemos ser "codiciosos cuando otros tienen miedo". Durante las desaceleraciones, muchos activos de calidad se desvalorizan temporalmente, creando puntos de entrada atractivos para inversiones a largo plazo.
Una tercera postura, quizás la más prudente, es adoptar un enfoque híbrido. Esto significa proteger parte de nuestro patrimonio con estrategias defensivas mientras mantenemos liquidez para aprovechar oportunidades que surjan durante la turbulencia. Esta estrategia nos va a requerir de vigilancia y atención constante al tipo de sector o activo que nos genera ingresos y/o que más nos interesa para detectar una oportunidad, además la capacidad de actuar decisivamente cuando se presenten las condiciones adecuadas.
Podemos pensar en industrias que igual se mantienen bien en tiempos de recesión o desaceleración economica, además del fenomeno post-pandemia en el cual los UHNWI (individuos ultra ricos) cada vez tienen más poder adquisitivo, por lo que el turismo de lujo y otras industrias que atienden el sector de lujo, no paran de crecer.
El desaceleramiento económico que observamos en México no es un fenómeno aislado. A nivel global, estamos presenciando el fin de un ciclo económico prolongado y el posible comienzo de una nueva era con características distintas a las que hemos conocido en las últimas décadas.
El modelo económico basado en la globalización sin restricciones, la energía barata y la mano de obra de bajo costo parece estar llegando a su fin. En su lugar, estamos iendo tendencias hacia la regionalización del comercio, la relocalización de cadenas productivas, y una mayor preocupación por la seguridad energética y alimentaria.
Para México, estos cambios representan tanto desafíos como oportunidades. Por un lado, la cercanía con Estados Unidos y el TMEC (en caso de que siga vigente) nos posicionan favorablemente para captar inversiones que buscan reducir su dependencia de Asia. Por otro lado, nuestras debilidades estructurales en seguridad, estado de derecho e infraestructura pueden limitar nuestra capacidad para aprovechar plenamente estas oportunidades.
La transición energética global también presenta oportunidades para México, con su abundante potencial en energías renovables, aunque las políticas actuales no parecen estar alineadas con esta tendencia mundial.
El futuro económico de México dependerá no solo de factores externos, sino también de decisiones internas que determinarán si nos adaptamos exitosamente a esta nueva realidad global o nos quedamos rezagados como economia. Como inversionistas, debemos estar atentos a estas tendencias y posicionar nuestros portafolios de acuerdo con esta visión de largo plazo, pensando siempre desde una visión de diversificación y de análisis de riesgos.
Y tú, ¿Crees que México está en una recesión o simplemente en una desaceleración temporal?
Diego Alcalá,
Director Operativo en Comprando América
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