
El ejercicio de proyectar retornos para el 2025 es particularmente complejo. Nos encontramos en un momento donde las variables tradicionales que usábamos para hacer pronósticos parecen comportarse de manera poco convencional. La inflación, las tasas de interés y los conflictos geopolíticos han creado un entorno donde la incertidumbre es la única constante.
Como menciona James Montier, estratega global de GMO: "El mayor riesgo en los mercados actuales no es la volatilidad, sino la falsa sensación de certeza que tienen muchos inversionistas". Esta observación resulta más relevante cuando vemos a tantos pseudo-expertos hacer predicciones específicas sobre el comportamiento de los mercados en 2025.
El 2025 se presenta como un año particularmente complejo de pronosticar. Tenemos varios factores que complican el panorama: nuevo presiente en Estados Unidos que busca redefinir políticas comerciales globales, la evolución de múltiples conflictos geopolíticos, la implementación cada vez más acelerada de la inteligencia artificial en los procesos productivos, y la posibilidad de que los bancos centrales finalmente comiencen a reducir las tasas de interés de manera significativa.
En mi experiencia asesorando inversionistas, he notado que aquellos que mejor navegan la incertidumbre son los que entienden la diferencia fundamental entre inversiones activas y pasivas. Las inversiones pasivas, como los fondos indexados o ETFs que siguen índices específicos, han mostrado históricamente retornos promedio entre 7-9% anual en períodos largos. Mientras que el entorno actual sugiere que podríamos ver retornos más moderados en el corto plazo.
Dice Cullen Roche, fundador de Orcam Financial Group: "La clave no es predecir el futuro, sino construir portafolios que puedan sobrevivir a diferentes futuros". Esta perspectiva es particularmente relevante cuando consideramos las inversiones activas, aquellas donde los gestores toman decisiones específicas sobre qué comprar y vender.
En el mercado actual, he observado oportunidades interesantes en sectores específicos. Por ejemplo, las empresas relacionadas con la transición energética y la infraestructura de IA están mostrando valuaciones atractivas, especialmente después de las correcciones recientes. Aunque esto no significa que debamos concentrar nuestros portafolios en estos sectores o que este haciendo una recomendación de inversión.
Meb Faber, gestor de inversiones y investigador, señala algo interesante: "Los retornos suelen venir de los mercados más odiados". Esto puede ser también refiriendonos a sectores que un inicio pueden parecer menos atractivos. Esta perspectiva nos debe recordar la importancia de mantener una visión contraria y no dejarnos llevar por el sentimiento del momento.
A nivel global, los retornos esperados varían por región y tipo de activo:
En mercados desarrollados como Estados Unidos, las proyecciones de varios gestores de fondos sugieren retornos entre 5-7% para el S&P 500 en 2025. Es importante notar que estas expectativas asumen que la FED comenzará a reducir tasas de interés durante el año.
Europa enfrenta desafíos. Las expectativas de retorno para los principales índices europeos se sitúan entre 4-6%, aunque con alta volatilidad. La crisis energética y las tensiones geopolíticas siguen siendo factores de riesgo a tener en cuenta.
Los mercados emergentes como Asia, podrían ver retornos más altos, entre 8-10%. Como me comentaba recientemente un analista de fondos globales: "Las valuaciones en mercados emergentes no reflejan el potencial de crecimiento real de estas economías". En el mercado mexicano, las expectativas son moderadamente positivas, con proyecciones de retorno entre 6-8% para el IPC. Aunque tengamos en cuenta que mucho dependerá de factores como la evolución del nearshoring y la estabilidad política regional.
En cuanto a clases específicas de activos:
Los bienes raíces, tradicionalmente considerados como protección contra la inflación, podrían ver retornos más moderados en 2025, entre 8-10% (en plusvalía), principalmente debido a las tasas de interés más altas.
Las criptomonedas, después del halving de Bitcoin en 2024, podrían seguiran con alta volatilidad. Como siempre digo, este sector requiere una tolerancia al riesgo excepcional y no debería representar más del 2-4% de un portafolio conservador.
Los bonos gubernamentales podrían volver a ser atractivos si las tasas comienzan a bajar, aunque los retornos esperados se mantienen entre 3-5% en mercados desarrollados. El mayor riesgo no es estar equivocado, sino estar seguro. Esta humildad ante el mercado es especialmente importante cuando intentamos proyectar retornos en años dificiles de pronosticar.
Para mantener expectativas realistas, sugiero considerar:
La diversificación no solo entre activos, sino también entre estrategias de inversión, la importancia de mantener reservas de efectivo para aprovechar oportunidades y la necesidad de revisar y rebalancear regularmente el portafolio.
Y tú, ¿Cómo estás preparando tu portafolio para enfrentar los diferentes escenarios que podríamos ver en 2025?, ¿Has considerado cómo los eventos geopolíticos podrían afectar tus inversiones en el próximo año?
Diego Alcalá, Director Operativo en Comprando América
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