Como dice Morgan Housel, autor del libro “La psicología del dinero” (el cual recomiendo mucho): “No existe estrategia ni planteamiento de inversion correcto para todos, depende de los gustos y necesidades de cada quien”
La importancia de establecer objetivos de inversión
En mi experiencia, el inicio de cualquier estrategia de inversión sólida es establecer objetivos claros. Sin un propósito bien definido, es como navegar sin una brújula y nunca sabras medir si estas tomando las acciones correctas, ni mucho menos darte cuenta o ajustar cuando no lo estes haciendo.
Los objetivos de inversión proporcionan una guía clara sobre dónde queremos llegar y nos ayudan a medir nuestro progreso a lo largo del tiempo. Estos objetivos pueden variar desde ahorrar para el retiro, comprar una casa, pagar la universidad de los hijos o algo más ambicioso, como alcanzar la libertad financiera.
Y es que manejo del dinero no se trata de maximizar la eficiencia del excel. Aunque siempre debemos ser prudentes, hay decisiones financieras que se pueden y se deben tomar fuera de la razon. Por ejemplo, el comprar una casa para vivir en ella es bien sabido que es un mal negocio (financieramente), al menos en el excel no es ni cerca la acción más eficiente que se puede tomar, pero, te puede traer un nivel de satisfacción y paz que trasciende lo que el excel te puede dar.
Para ilustrar otro ejemplo pensemos en dos inversionistas: uno que invierte sin un objetivo claro y otro que tiene una meta definida, como acumular un millón de dólares para su retiro en 30 años. El primer inversionista podría tomar decisiones impulsivas, dejándose llevar por las tendencias del mercado, mientras que el segundo mantendrá una estrategia coherente y orientada a su meta a largo plazo, sobre todo porque ya sabe que esta jugando con el tiempo a su favor.
Por esto insisto e insistire en establecer objetivos, ya que no solo nos dan dirección, sino que también nos ayudan a mantenernos enfocados y disciplinados, resistiendo la tentación de desviarnos en busca de ganancias rápidas o gastos no planeados. ¿Si planificamos tanto el tiempo, porque no planificamos tanto el dinero?
Seguir un plan de inversión y actuar acorde a esos objetivos
Una vez que tenemos claros nuestros objetivos, el siguiente paso es diseñar un plan de inversión y adherirse a él. Este plan debe ser meticuloso y paciente, considerando nuestro perfil de riesgo, horizonte de tiempo y las condiciones del mercado. Este es el primer paso para poder mantener la disciplina financiera y evitar decirle que si a cualquier inversión que nos presenten. Aveces puede ser contraintuitivo que, a diferencia de otras actividades, el esforzarse más en invertir mejor no siempre te hace un mejor inversionista.
Un plan que incluya una diversificación adecuada entre diferentes clases de activos, como acciones, bonos, bienes raíces y criptomonedas. Cada uno de estos activos debe tener un propósito específico en el portafolio, ajustado a los objetivos establecidos. La consistencia es clave. Similar a un atleta que sigue un régimen de entrenamiento para prepararse para una competencia, un inversionista debe seguir su plan con la misma claridad.
La humildad de aprender y soltar los vicios del pasado
En el mundo de las inversiones, la humildad es una virtud subestimada pero fundamental. Debemos estar dispuestos a desaprender hábitos o estrategias que funcionaron en el pasado pero que pueden no ser aplicables en el futuro. El mercado es dinámico, y lo que alguna vez fue una fórmula segura de éxito puede convertirse en una receta para el fracaso si las condiciones cambian.
Por ejemplo, durante la década de 1980, la inversión en bonos era extremadamente lucrativa debido a las altas tasas de interés. Sin embargo, un inversionista que se apegue ciegamente a esta estrategia en el actual entorno de hiperinflacion podría ver rendimientos muy por debajo de sus expectativas. La capacidad de adaptarse y aprender nuevas estrategias, tecnologías y herramientas es necesaria para mantenerse relevante y exitoso en el largo plazo.
Traer el futuro al presente
La mejor manera de invertir es realizando el ejercicio constante de traer el futuro al presente. Y la mejor manera de predecir el futuro es creandolo. Esto implica anticipar tendencias, prever cambios en el mercado y adaptar nuestras estrategias en consecuencia. Por ejemplo, considerar factores macroeconómicos como la inflación, las tasas de interés y las políticas fiscales puede ayudarnos a preveer cómo estos elementos afectarán nuestras inversiones a largo plazo.
Un buen inversionista siempre está pensando en cómo las decisiones de hoy impactarán su situación financiera dentro de 5, 10 o incluso 20 años. Este enfoque requiere una combinación de análisis fundamental y técnico, así como una mentalidad flexible para ajustar el portafolio según las proyecciones y datos disponibles.
La planeación de un portafolio patrimonial de largo plazo requiere establecer objetivos claros, diseñar y seguir un plan de inversión riguroso, tener la humildad para aprender y adaptarse, y constantemente traer el futuro al presente. Estas estrategias no solo nos ayudan a navegar las incertidumbres del mercado, también nos permiten construir un patrimonio sólido y resiliente a lo largo del tiempo. Jugar con el tiempo, buscar ser precios y mantenerte disciplinado siempre te ayudaran.
Y tú, ¿Qué planes tienes con tú portafolio a largo plazo?
Diego Alcalá, Director de Operaciones en Comprando América
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