Hemos hablado mucho de riesgos como una parte fundamental para entender el complejo y diverso mundo que abarca la palabra “inversiones”. Otra parte de las inversiones que es importante entender y saber medir es la rentabilidad real de una inversión.
Si yo adquiero un departamento en preventa con un valor de 5 MDP y solo di de enganche el 20%, y contra la entrega del inmueble lo vendo por 6 MDP ya después de gastos de escrituración y comisiones… ¿Cuánto gané por la venta de este inmueble? La rentabilidad de esa inversión fue del 100% sobre mi capital invertido, y no del 20% sobre el valor nominal del inmueble.
En este ejemplo hay un principio de apalancamiento involucrado, pero es importante diferenciar el retorno sobre el capital real para poder medir y entender que hay inversiones que no parecen tan buenas a simple vista y son grandes oportunidades versus inversiones que parecen buenas a simple vista, pero que en realidad solo merman, o en el mejor de los casos, estancan tu portafolio y te generan costo de oportunidad.
Entendemos por rentabilidad a la medida que relaciona los resultados obtenidos con los recursos utilizados en ese momento. Dicho con otras palabras: “es la relación entre el dinero que invertimos y el dinero que ganamos” o incluso “la tasa con la que la persona o la empresa realiza una remuneración del capital empleado”.
Para saber si una inversión es rentable, debemos tener en cuenta una serie de indicadores que nos ayudarán a conocer estos datos. Si habláramos de inversiones en empresas; no es lo mismo una empresa que acaba de empezar que una que lleva tiempo, el sector en el que se encuentra la empresa o las utilidades que ha obtenido en los dos últimos años, por ejemplo.
En esta entrega utilizaremos estos conceptos aplicados a las empresas, ya que son mas fáciles de entender de este modo, tomando en cuenta que la mayoría de los lectores cuentan con empresa. Pero esto se puede trasladar a inversiones patrimoniales también.
Para medir la rentabilidad económica de la inversión de una empresa, utilizamos los conceptos de ROE, ROA y ROI.
En esta entrega vamos a analizar como se calculan y como se interpretan…
ROE, ROA y ROI: en qué consisten
Para poder medir la rentabilidad de una empresa, es decir, el beneficio que ésta obtiene en función de la inversión que ha realizado, existen diferentes ratios:
ROE
Return on Equity (ROE), también denominado rentabilidad financiera: relaciona los rendimientos o ganancias netas, con los recursos que se necesitan para obtenerlos.
Este indicador es muy importante para los inversionistas, ya que incide en la capacidad de una compañía para generar ciertos beneficios para sus respectivos accionistas. Pero ¿Cómo podemos saber si la empresa está bien posicionada a nivel de rentabilidad? En este caso, el ROE deberá ser superior a la rentabilidad mínima que exigen los accionistas o el dueño del negocio.
ROA
Return on Assets (ROA) o rentabilidad económica: consiste en el rendimiento que obtiene una empresa por las inversiones que lleva a cabo.
Este ratio, que nos indica la rentabilidad sobre los activos de una empresa, es un ratio de rendimiento. Para poder estimar que una empresa es rentable, el ROA debe superar el 5%. Las entidades financieras emplean el ROA para determinar la viabilidad de una empresa y, de este modo, decidir si le conceden o no un préstamo.
ROI
Return on Investments (ROI): hace referencia al rendimiento de una inversión, es un indicador que nos permite conocer cuánto capital perdió o ganó una empresa con las inversiones que ha realizado.
Este ratio se utiliza para conocer si el proyecto de una compañía está dando buenos resultados o para analizar si una idea de un proyecto concreto puede generar ganancias destacables para la empresa. Cuanto mayor sea el ROI, mejor para la empresa, ya que obtiene mayor rendimiento de sus activos.
Fórmulas para medir la rentabilidad
Si a nivel de empresa queremos aprender a analizar y conocer si esta es rentable o no para nuestras inversiones, debemos conocer cómo se calculan estos indicadores, los cuales nos ayudarán a salir de dudas sobre si vale la pena seguir invirtiendo en el negocio.
Fórmula ROE
Para calcular la rentabilidad financiera de una empresa, debemos dividir los beneficios netos entre los fondos del negocio (capital más reservas).
Fórmula ROA
El ROA se calcula dividiendo los ingresos que se obtienen en un determinado periodo de tiempo, entre los activos totales.
Fórmula ROI
Para calcular el ROI debemos dividir la inversión realizada por la empresa entre el beneficio obtenido, pero restando el importe de la inversión.
Pongamos un ejemplo de cómo calcular el rendimiento de una inversión: Imaginemos que nuestra empresa obtuvo ganancias de 10,000 usd con una inversión inicial de 8,000 usd.
¿ROE, ROA o ROI?
Es una pregunta que nos debemos hacer todos a la hora de medir los ratios de una empresa, ya que los tres indicadores resultan de gran importancia.
Diferencias entre ROA y ROI
Ambos indicadores son clave y pueden usarse para medir los retornos generados en proporción a las inversiones y activos, respectivamente.
El ROA, retorno sobre los activos, se encarga de calcular los ingresos que se generan en proporción a los activos. Sin embargo, el ROI o retorno sobre las inversiones, mide los ingresos que se generan en lugar de la inversión.
Diferencias entre ROI y ROE
La principal diferencia entre estos dos ratios es que la rentabilidad económica (ROI) hace uso de todos los activos empleados para alcanzar esa rentabilidad. Mientras que, la rentabilidad financiera (ROE) únicamente mide sobre los recursos propios.
Es importante entender que puede pasar que cuando se calculan ambos ratios, la rentabilidad económica sea positiva, pero que la rentabilidad financiera suponga pérdidas a los accionistas que invierten.
Diferencias entre ROE y ROA
En este caso, si lo que buscamos es conocer qué indicador nos aporta más valor de forma generalizada, el mejor posicionado según mi opinión es el ROA.
Esto se debe a que el ROE cuenta con un gran déficit, ya que no le da importancia al ratio de endeudamiento. En cambio, el ROA se centra en la rentabilidad de los activos de una empresa, lo que nos puede mostrar una visión general de la empresa.
En la mayoría de los casos, lo que hacen las compañías es calcular ambos indicadores, con el fin de poder compararlos y así ver la situación de rentabilidad real de la empresa. Esta comparación nos permitirá determinar la estructura financiera perfecta para que la empresa siga creciendo.
Al estar la mayoría de los lectores de estos artículos en una posición de ser dueños de negocio, siempre los invito e invitaré a reflexionar sobre la idea de separar parte de la rentabilidad de la empresa para la construcción del patrimonio propio, completamente separado e independiente del negocio y de los activos del mismo.
Hoy más que nunca queda claro que los ciclos de vida de los negocios son y se irán haciendo cada vez más cortos, lo que nos obliga a planificar siempre sobre el escenario de que todos los negocios sufrirán una disrupción masiva en esta década, sin importar en la industria en la que te encuentres.
Y tu, ¿Qué haces para separar tus activos de los del negocio?
Diego Alcalá
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