top of page

¿Sigue siendo fuerte el dólar?



Primero que nada; hagamos un repaso:


El dólar estadounidense ha sido la moneda dominante en el mundo durante muchas décadas, y es probable que continúe siéndolo en el futuro cercano por varias razones:


1. Sigue siendo la reserva mundial de divisas: El dólar es la moneda de reserva mundial, lo que significa que es la moneda que los bancos centrales de todo el mundo mantienen en grandes cantidades para respaldar sus propias monedas y estabilizar sus economías.


2. Provee estabilidad y confianza: El dólar es considerado una moneda estable y confiable debido a la estabilidad política y económica de Estados Unidos, así como a la fortaleza de su sistema financiero. Muchos inversionistas y empresas aún prefieren realizar transacciones en dólares que en otras divisas.


3. Es la principal moneda en el comercio internacional: Esto significa que muchas transacciones comerciales internacionales se realizan en dólares. Esto se debe en gran parte al hecho de que Estados Unidos es el mayor exportador e importador de bienes y servicios en el mundo.


4. Su influencia sigue siendo global: Estados Unidos es una de las principales potencias mundiales en términos de economía, política y cultura. Su influencia en todo el mundo es significativa y esta influencia se refleja en la demanda del dólar estadounidense.


Todos hemos escuchado que existen algunas preocupaciones sobre el futuro del dólar, incluyendo el aumento de la deuda nacional y la competencia de otras monedas como el yuan, pero sigue siendo mas probable que continúe siendo la moneda más importante en el corto plazo debido a su estabilidad, confianza y demanda global constante.


Las noticias sobre el declive del dólar son muy exageradas. Desde mi perspectiva, su estatus sigue siendo inamovible. El rol del dólar en los mercados de capitales y financieros, el comercio y la deuda gubernamental refuerza el statu quo. A menos que la economía mundial sufra una revisión completa real, el dólar seguirá en la cima. Lo que hemos visto hasta ahora son pequeños ajustes de poder económico.


Es muy cierto que una dependencia global excesiva en el dólar puede provocar inestabilidad en los mercados emergentes (como lo ha hecho hasta ahora), frenar los flujos comerciales y tener repercusiones mundiales, como cuando colapsaron los mercados en marzo de 2020 con los cierres globales por el Covid-19.


Este ha sido el caso desde la coronación del dólar como principal moneda de reserva después de la Segunda Guerra Mundial. Podemos recordar que, en 1971, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Connally, bromeando dijo: “El dólar es nuestra moneda, pero es problema de todos”.


Entre los aspirantes al trono de las dividas están el yuan y las monedas digitales alternativas, ya sean las CBDCs o proyectos descentralizados que siguen tomando fuerza (como Bitcoin). China lleva mucho tiempo intentando promover el uso internacional de su moneda. Su táctica más reciente ha sido ofrecer a los exportadores de petróleo el pago en yuanes. Mientras, algunos bancos centrales comenzaran a promocionar las CBDCs como medio de crear una economía mundial más equilibrada en la que no domine un solo país.


Estados Unidos también ha iniciado la búsqueda de alternativas intentando utilizar a su moneda como arma. Tras la invasión de Ucrania, Washington y sus aliados congelaron casi la mitad de los 640 mil millones de dólares en reservas de divisas de Rusia. Estados Unidos también ha puesto en su radar los dólares en manos de Afganistán, Irán y Venezuela.


Los partidarios del cambio de la hegemonía del dólar señalan la caída constante de la participación del dólar en las reservas de los bancos centrales. En 2022 eran de alrededor del 59%, frente a más del 70% en 1999, según el FMI. Mientras, el dominio de Estados Unidos en la producción mundial había caído del 32% en 1980 al 24% en 2020, según la FED, y la participación de Estados Unidos en el comercio mundial bajó del 14% al 11%. Esto evidencia un rebalanceo pero no una caída trágica.


Pero en otros aspectos el dominio es más claro que nunca. Según el Banco de Pagos Internacionales, en abril de 2022 el dólar participó en el 88% de las operaciones con divisas a nivel global. La FED calcula que entre 1999 y 2019 supuso el 96% de la facturación comercial en América, el 74% en Asia-Pacífico y el 79% en el resto del mundo. Los bancos usaron el dólar para el 60% de los depósitos y préstamos internacionales.


Hay factores estructurales que ayudan a que esta dominancia se mantenga. Los mercados de capitales de Estados Unidos son lo bastante profundos y líquidos para absorber el ahorro de los países emergentes y desarrollados. El producto de un exceso de ahorro internacional se recicla en activos de Estados Unidos.


La función del dólar como motor de la actividad económica global tiene otro efecto importante: Un dólar más fuerte frena el comercio mundial. Cuando el dólar se aprecia, el comercio para las empresas de otros países se encarece.


Eso contribuye al denominado “Círculo imperial”. Cuando el dólar se fortalece, frena el comercio y el crecimiento mundial. Como el crecimiento de Estados Unidos depende menos del resto del mundo, aumenta el atractivo para los inversionistas extranjeros de los activos denominados en dólares. Reforzando el dominio del dólar en la economía global, lo que hace subir aún más su valor.


El desencadenante de este ciclo casi siempre es una subida de intereses por parte

de la FED (situación que esta ocurriendo actualmente). Lo que le pone fin es el

hecho de que, después de un tiempo, la debilidad mundial del sector manufacturero

se traslada a la producción de Estados Unidos. Las subidas de las tasas de interes

también provocan un endurecimiento de las condiciones financieras para empresas

y hogares, lo que ralentiza la economía del país. Pero el papel central del dólar en

los mercados de capitales aleja a los inversionistas de huir de Estados Unidos, lo

que garantiza que el ciclo vuelva a empezar pronto.


*En la siguiente gráfica podemos observar la depreciación de diferentes monedas

vs el dólar americano en el durante los últimos tres años.

*Esta segunda gráfica demuestra el aumento del valor del dólar vs otras de las

monedas más importante y con mayor circulación a nivel mundial



Por supuesto, Estados Unidos no puede dar por sentado su papel clave en el comercio y la economía mundial. El armamentismo del dólar, las tensiones geopolíticas con China y otros países, además de los propios fallos políticos del país han aumentado el deseo de alternativas.


Pero para que estos factores supongan una seria amenaza para el dólar, tendrían que desencadenar un cambio real más allá de lo mediático en los flujos de capital.


Por dar un breve ejemplo de lo que tendría que pasar: China tendría que reciclar su ahorro interno y los inversionistas japoneses tendrían que repatriar al menos una parte importante (mayor al 50%) de sus 1.3 mil millones de dólares en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Ambos escenarios (siendo solo ejemplos) toman o tomarían años para suceder. Los bancos centrales tendrían que encontrar una moneda alternativa segura y líquida, o algún criptoactivo, en la que se pueden sentir seguros estacionando sus reservas.


En el pasado, este tipo de revoluciones financieras solían coincidir con otras situaciones, como las guerras mundiales. A falta de un cambio radical de este tipo, al dólar le quedan muchos años en su trono.


Diego Alcalá

13 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

コメント


bottom of page