En la búsqueda de la libertad financiera y una comprensión más profunda de lo que realmente significa ser rico, es importante aplicar retorica y replantearse la manera en que medimos la riqueza.
Por un error de calculo y de percepción, la riqueza se ha cuantificado en términos de cantidades, es decir, cuánto dinero o qué activos de valor posee una persona. Pero en mi opinión, además de tener un sesgo de encuadre, este enfoque ignora un componente crucial: el tiempo.
En estos análisis yo no busco emitir mi opinión como si fuera una máxima, pero si invito a la gente a hacerse preguntas constantemente, así que antes de continuar te dejo con una pregunta: ¿Para ti, para que es el dinero?
Primero exploraremos el concepto de libertad financiera y argumentare por qué creo que la verdadera riqueza debería medirse en términos de tiempo, específicamente, en la cantidad de años de vida que uno puede sostener con su patrimonio, ya sea con el flujo que este te genera o en un segundo caso gastándolo, sin necesidad de generar ingresos activos adicionales.
Así que, empezando con las definiciones, podemos decir que la libertad financiera se alcanza cuando una persona acumula suficientes recursos financieros para cubrir sus gastos de vida sin depender de un empleo o actividad.
Esto no significa necesariamente ser rico en el sentido convencional, sino tener el control sobre su tiempo y decisiones de vida sin las limitaciones impuestas por la necesidad económica. Creo que es algo a lo que deberíamos aspirar una ves superadas las nociones de reconocimiento y lujo que se nos han implantado. La libertad financiera es un punto de partida para redefinir la riqueza, enfocándose en la capacidad de vivir la vida en los propios términos de uno.
La propuesta de medir la riqueza en términos de tiempo y no de dinero implica un cambio de paradigma. La idea es calcular cuántos años de vida puede sostener una persona con su patrimonio actual, manteniendo su estilo de vida sin degradar su capital. Este enfoque pone el énfasis en la sostenibilidad y la calidad de vida, en lugar de en la acumulación de activos financieros, reconocimiento, poder, o lo que sea que – equivocadamente – creemos que es importante acumular.
Y a todo esto, ¿Por qué medirlo en tiempo? El tiempo es el recurso más democrático y finito que todos compartimos. Independientemente de nuestra situación financiera, nuestros valores y nuestros ideales, todos tenemos las mismas 24 horas al día.
Medir la riqueza en tiempo nos permite valorar este recurso finito y universal, reconociendo que la verdadera riqueza radica en la libertad de elegir cómo gastarlo.
Y para expandir esta idea te dejo con este ejemplo:
Consideremos a Roberto y a Luis. Roberto tiene un patrimonio de $10 millones de dólares, mientras que Luis tiene un patrimonio de $100 millones de dólares. A primera vista, Luis es significativamente más rico que Roberto. Sin embargo, al examinar más de cerca sus estilos de vida y gastos, la imagen cambia.
Luis tiene 10 millones de dólares y su estilo de vida cuesta $100,000 dólares al año. Esto significa que, teóricamente, podría mantener su estilo de vida durante 100 años sin generar ingresos adicionales.
Roberto tiene 100 millones de dólares, pero su estilo de vida requiere $5 millones de dólares al año. En este caso, su riqueza le permite sostener su estilo de vida solo durante 20 años sin ingresos adicionales.
¿Para ti quien es más rico y porque? Y en un segundo nivel de reflexión, ¿Qué más nos da a entender este ejemplo? Creo que también podemos reflexionar en que cuando elevamos nuestro estilo de vida por elevar nuestros ingresos, probablemente nos sentimos más ricos, pero en la riqueza medida en tiempo, podríamos argumentar que quizás no eres más rico. Incluso visto a la inversa, podríamos argumentar que, elegir mejor en que situaciones si gastamos y en cuales no, es una manera de volverse más rico sin que esto necesariamente te obligue a generar más ingresos.
En el ejemplo anterior, si medimos la riqueza en tiempo, Roberto es casi cinco veces más rico que Luis, a pesar de tener menos dinero. Roberto tiene más años de libertad financiera, lo que le otorga una mayor riqueza en términos de tiempo, el recurso más valioso y limitado.
Este enfoque que te invito a considerar al menos por un momento, destaca la importancia de la gestión financiera y la planificación a largo plazo. No se trata solo de cuánto dinero se acumula, sino de cómo se gasta y se invierte para maximizar la libertad personal y el tiempo de calidad. Por eso empecé este análisis preguntándote sobre tú visión individual del uso del dinero.
Medir la riqueza en tiempo en lugar de en dinero nos ofrece una perspectiva más integral y significativa sobre lo que significa ser verdaderamente rico. Este enfoque hace énfasis la libertad financiera, la sostenibilidad del estilo de vida y la priorización del tiempo por encima del capital que aunque es muy útil y compra muchas cosas, no te compra la plenitud, la realización ni las relaciones. Al final de todo, la verdadera riqueza se encuentra en la capacidad de vivir la vida en nuestros propios términos, maximizando nuestro tiempo para perseguir nuestros gustos, hobbies, relaciones y experiencias que dan verdadero significado a nuestra existencia.
Diego Alcalá, director de operaciones Comprando América
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