El tema de la libertad financiera puede llegar a ser abstracto e incluso confuso, hay quienes piensan que libertad financiera tiene que ver con cuánto gana alguien, otros piensan que aquellos que gastan más son más libres financieramente, pero los que lo tienen más claro, saben que la libertad financiera tiene más que ver con un aspecto de intención y diseño previo al trabajo que conlleva alcanzarla.
En el análisis de hoy intentaremos resumir los 7 pasos que, en términos generales, navega una persona que esta construyendo su camino hacia la libertad financiera.
Primera etapa: Claridad y decisión de búsqueda
Más que una etapa, es el primer paso y suele ser el punto de inflexión para empezar a buscar la libertad financiera. Aquí se hace una distinción entre lo que prioriza cada quien, si es el estilo de vida o la búsqueda de libertad financiera real.
Es el momento en el que te preguntas dónde estás financieramente y te planteas dónde quieres estar en el futuro. Una buena forma de empezar es con un presupuesto, que te ayuda a tener una foto de cuánto ganas y en qué gastas.
Este es el punto de partida real de todo el mundo e incluso aquí se puede empezar a trabajar la libertad financiera. No es una cuestión de mentalidad, pero si lo es de diseño. Las finanzas requieren planificación y análisis. Algo tan sencillo como renunciar a algunos gastos puede marcar la diferencia a largo plazo.
Segunda etapa: Solvencia y autosuficiencia
El segundo paso de la libertad financiera consiste en ser solvente o autosuficiente. En otras palabras, poder hacer frente a tus obligaciones financieras sin ayuda de terceros y sin tener que endeudarte.
Y es que, si vives o mantienes a tú persona o a tú negocio a base de deudas, en realidad estarás en una fase de dependencia y a un paso del desastre porque un banco no son los papas y siempre va a exigir que le devuelvas el dinero, aunado a una posiblemente alta tasa de interés que va diluyendo los ingresos.
En esta etapa la capacidad para generar libertad financiera es limitada, pero existe. Posterior a la decisión de la etapa uno, se empiezan a tomar las primeras acciones como lo son: revisar los gastos hormiga, construir fuentes de ingresos adicionales, e incluso empezar a invertir.
Como acabamos de decir, la libertad financiera es una carrera de largo plazo y tus mejores armas – al igual que cuando hablamos de construcción de riqueza – para alcanzarla son la constancia y el tiempo.
Tercera etapa: Ahorro y balance positivo
Quizás la etapa más desdibujada de todas. Y en el que la trampa del estilo de vida y el sacrificio de la tranquilidad del mañana por el placer o el lujo de hoy engañar a muchos. Es el momento en el que realmente empiezas a ahorrar, el momento en el que gastas menos de lo que ganas de forma consistente.
Esto no implica que necesariamente ganes más dinero, pero sí que lo gestionas mejor. Gastas sistemáticamente menos de lo que ingresas y eso te permite empezar a trabajar en objetivos como construir tu fondo de emergencia.
Pese a ser el paso más difuso, esta etapa es una de las más gratificantes. Ser capaz de ahorrar todos los meses y ver cómo puedes sumar dos meses de tus gastos como fondo de emergencia, puede cambiar tu perspectiva sobre tu capacidad financiera. En esta etapa el estrés por el dinero se empieza a reducir.
Cuarta etapa: Estabilidad financiera
Aquí es donde el estrés por el dinero se diluye. Claro que seguirás pensando en él, pero de forma muy diferente. El dinero ya no será una preocupación.
De hecho, perder tu trabajo o un altibajo en tú negocio no será tan aterrador porque cuentas con ahorros de respaldo, y lo mismo ocurrirá con los gastos imprevistos. Claro, Si pierdes el negocio o el trabajo ajustarás gastos, pero no recortarás drásticamente tu calidad de vida porque tienes margen de reacción.
Esta etapa de estabilidad financiera se caracteriza por haber saldado la mayoría de tus deudas, si no todas, y disponer de un colchón de emergencia de por lo menos 6 meses de gastos fijos. En esta etapa también es normal empezar a invertir con una frecuencia y dedicación mayor.
Quinta etapa: Flexibilidad financiera
Quienes alcanzan esta etapa suman por lo menos dos años de libertad financiera, entendida como dos años de tu estilo de vida cubierto por tu patrimonio. En este punto ya podrías plantearte cuestiones como cambiar de trabajo o negocio de forma voluntaria o tomarte periodos de descanso mayores.
Tienes flexibilidad para organizar tu vida y tu tiempo según tus preferencias y no aguantar ciertos entornos profesionales. Eso sí, todo dentro de un límite que marcarán tus años de libertad financiera.
En un punto entre esta etapa y la siguiente es posible alcanzar lo que se conoce como independencia financiera frugal. Esto quiere decir que podrías dejar de trabajar y vivir de tus ahorros, pero solo recortando tus gastos al máximo y cambiando tu estilo de vida un poco más ajustado.
Sexta etapa: Independencia financiera
Cuando alcances la independencia financiera ya no necesitarás trabajar para cubrir tu estilo de vida. Podrás vivir del flujo que generan tus ahorros e inversiones o el resto de fuentes de ingresos pasivos que hayas construido.
Para alcanzar este punto necesitarás acumular mucho patrimonio o haber construido otras fuentes de ingresos ajenas a tu trabajo y/o negocio principal. En esta etapa el tiempo le dio apreciación a los activos que hayas adquirido.
En cualquiera de los casos, alcanzar la independencia financiera no tiene por qué implicar dejar de trabajar. De hecho, una buena parte de las personas que llegan a este punto siguen trabajando. Lo hacen porque a lo largo del camino y en esa etapa de flexibilidad han encontrado un trabajo que de verdad les gusta y les motiva, o porque les gusta su negocio y/o quieren mantenerse ocupados.
Esta etapa puede venir acompañada de un pequeño vacío existencial que se da por la apreciación del tiempo y la libertad que tienes sobre tú vida, aquí entran las preguntas sobre el propósito de vida, el impacto, el legado, entre otras.
Séptima etapa: Abundancia financiera o riqueza generacional
Hay quienes la denominan libertad financiera pura, aquella que además alcanzará para futuras generaciones, que en vida no se alcanzará a gastar si se mantiene un estilo de vida y no se toman decisiones muy arriesgadas .
Quienes alcanzan este punto no tienen que trabajar para vivir y pueden vivir como quieran sin preocuparse por el dinero o por los movimientos del mercado.
Esa es la principal diferencia con la etapa 6, en la que todavía tendrías que estar atento a tus inversiones para cubrir tu actual estilo de vida.
Para que se entienda mejor, quienes se retiran y viven de sus ahorros lo hacen normalmente siguiendo la regla del 4%, que es el porcentaje de sus ahorros que pueden usar cada año.
Pero cuando alcanzas la etapa de abundancia puedes superar ampliamente ese porcentaje y estar tranquilo porque todavía tendrás margen de maniobra.
Y tú, ¿en qué etapa de la libertad financiera estás?, ¿Es la libertad financiera algo que busques o estés diseñando en tú vida? Y si la respuesta es si, ¿Qué necesitas para llegar a la siguiente etapa?
Diego Alcalá, Director de operaciones en Comprando América
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