Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), es inevitable no pensar en el impacto disruptivo que tiene en los mercados y, por supuesto, en el mercado laboral. No es sorpresa que la IA esté transformando la manera en que trabajamos, automatizando tareas, optimizando procesos, y facilitando la toma de decisiones más informadas. Pero, ¿qué tan profundo es este cambio?
Según un reciente estudio de Randstad Research (EU), se estima que la adopción masiva de la IA podría llevar a la eliminación de hasta 2 millones de empleos, aunque también se crearían alrededor de 1.6 millones de nuevas posiciones. Esto nos deja con una pérdida neta de aproximadamente 400,000 puestos de trabajo.
Desde mi perspectiva, este dato parece preocupante, pero como toda moneda, hay dos caras en este fenómeno. Aunque la eliminación de empleos suena a crisis, debemos considerar el otro lado de la ecuación: las nuevas oportunidades que se están generando para las empresas y los trabajadores. Se puede decir que la realidad es que el panorama laboral está cambiando, no desapareciendo.
Como cualquier otra revolución tecnológica, la IA no distribuye sus efectos de manera uniforme. Existen sectores que se verán más afectados negativamente, mientras que otros saldrán fortalecidos.
Entre los sectores más perjudicados se encuentran las actividades administrativas, donde se proyecta una reducción considerble de empleos. En contraste, sectores como la programación, la consultoría tecnológica, las telecomunicaciones y las actividades profesionales, científicas y técnicas están viendo un aumento en la demanda de talento especializado. Se prevé (y se esta viviendo) un incremento de roles como analistas de datos, ingenieros de software, especialistas en ciberseguridad y expertos en automatización de procesos.
Estos son empleos que no solo demandan habilidades técnicas, sino también un profundo entendimiento de cómo la IA puede integrarse de manera estratégica en las operaciones empresariales.
Este tipo de cambios nos deja una lección clara: La clave para sobrevivir y prosperar en un entorno laboral cambiante es la capacidad de adaptación y aprendizaje continuo. Se dice facil, ¿no? La pregunta que debemos hacernos no es si la IA va a reemplazar trabajos, sino qué habilidades y competencias debemos desarrollar para aprovechar las nuevas oportunidades y cambios innevitables por venir.
No cabe duda de que integrar la IA en las empresas representa un reto considerable. No es solo cuestión de adquirir la tecnología y esperar resultados inmediatos. La implementación efectiva de la IA requiere tres elementos fundamentales que se vuelven individuales y por ende, no tan simples.
Acceso a datos de alta calidad: La IA se alimenta de datos, y la precisión de sus resultados depende directamente de la calidad de la información que se le proporciona. El primer desafio es que muchas empresas no están preparadas para gestionar y analizar grandes volúmenes de datos.
Adaptación de procesos: No basta con automatizar lo que ya existe, se trata de reestructurar procesos para sacar el máximo provecho de la IA. Esto implica un cambio en la manera en que se toman decisiones, se asignan recursos y se miden resultados.
Cambio cultural: La resistencia al cambio es quizás uno de los mayores obstáculos para la adopción de nuevas tecnologías. Las empresas tendran que fomentar una cultura de innovación donde los empleados vean la IA como una herramienta para mejorar su trabajo, no como una amenaza.
Aunque la IA puede parecer intimidante para muchos, la verdad es que abre puertas a nuevas oportunidades laborales. Y no estoy hablando solo de empleos en programación y análisis de datos, sino también en áreas como ciberseguridad, automatización de procesos y diseño de experiencias de usuario. De hecho, uno de los sectores con más demanda de talento actualmente es el de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Para quienes están preocupados por la automatización de su trabajo, hay un claro mensaje: es hora de invertir en habilidades que complementen la IA. La inteligencia emocional, la creatividad, la gestión de equipos, la ingenieria de prompts y la toma de decisiones estratégicas son competencias menos susceptibles de ser automatizadas, lo que las convierte en un activo valioso para cualquier trabajador que quiera mantener su relevancia en el mercado laboral.
La pregunta que queda por responder es: ¿Cómo podemos prepararnos para el futuro laboral en un mundo productivo transformado por la IA? En mi opinion, la clave está en desarrollar una mentalidad de aprendizaje continuo (otra cosa que se dice facil, pero no lo es). No basta con adquirir una nueva habilidad y pensar que estamos listos para el futuro, debemos mantenernos actualizados y abiertos a nuevas formas de trabajo y colaboración con las tecnologías emergentes.
Los trabajadores del futuro deberán adquirir conocimientos en análisis de datos, inteligencia artificial y ciberseguridad, participar activamente en programas de formación y actualización continua y desarrollar habilidades "blandas", como la comunicación efectiva, el pensamiento crítico, entre otras.
La llegada de la inteligencia artificial al mercado laboral no es el fin de los empleos, sino la transformación de los mismos. Como en cualquier cambio, habrá quienes lo vean como una amenaza y otros que lo interpreten como una oportunidad. Y tú, ¿Estas listo para aprovevechar la IA en tú trabajo?
Diego Alcalá, Director de Operaciones en Comprando América
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